Por fin estoy en Madrid! Ya se echaba de menos el calor este tan asquerosamente asqueroso. Llegué ayer a las 00:06 habiendo salido a las 15:07. Eso suponen más de nueve horas de viaje desde Málaga. Ya veo al típico listillo barra listilla en casa pensando con cara de indignado: "eso es mentira! yo he ido a Málaga y son 6 horas, él mismo lo dijo en su anterior entrada! Es un falso, está exagerando! Este blog es todo una gran mentira, voy a contárselo a todo el mundo en un comentario! JAJAJA (no sé como poner una risa de esas de maldad), estoy loquísimo barra loquísima!" Animalitos..
El viaje de ayer era Málaga-Getafe con escala en Orgaz, mi pueblo. Vamos no es mi pueblo, es el de mi madre. Pero vamos a ver si soy yo el único que dice que es su pueblo cuando en realidad no ha nacido allí no te digo, vamos estaría bueno que.. (tono de indignación). En fin no me quiero andar por las ramas como un mono.
NOTA INFORMATIVA: Si no has pinchado en "un mono" pincha en "un mono" anda, me lo agradecerás.
El caso es que pasé por el pueblo toledano de mi madre donde nos esperaban mis abuelos y su ejército de historias de su juventud. Yo eso que dicen de que "si, es que los abuelos son los que más saben porque tienen mucha experiencia.." me lo creo, de verdad. No sé vuestros abuelos, pero a los míos les ha pasado de todo. Han vivido en casas de todo tipo, conducido coches de todo tipo, jugado a cartas de todo tipo.. Mi abuelo va de invitado a "Saber Vivir" y le ponen de presentador, os lo digo yo. Son increíbles. Mi abuelo me alegró la tarde con sus historias para mayores de 18 años y mi abuela con su tortilla de patatas. Perdón, con LA TORTILLA DE PATATAS. Donde esté esa tortilla que se quiten las espumas esas de nitrógeno que ponen ahora en los restaurantes "cool" amos hombre! (acento toledano). Porque las cebollas son 2 euros, los huevos 2,25 euros, las patatas 3 euros, el aceite de oliva barra aceituna 1,50 euros. Pero ver como a tu abuela se le iluminan los ojos al ver que te encanta su tortilla, no tiene precio. Para todo lo demás...
Me juego un pie a que al menos una persona de los que lean esto ha pensado Master Card, y ahora mientras lee esto hay un mini Peter Griffin en su cabeza diciendo jejeje.
Y eso, que estoy en Getafe, pero mañana ya me voy de nuevo. Esta vez a Asturias, a vivir las cosas que luego contaré en "Vacaciones (2ª parte)". Por eso escribo hoy, porque seguramente ya no vuelva por aquí hasta septiembre. Así que como no quería dejaros un poco a medias, he decidido copiar y pegar una cosa. Es un texto que escribí en el tablón de tuenti hace dos años y pico. Tenía 15 años y mis hormonas estaban más inquietas que Rajoy en un helicóptero. Me hace gracia cuando lo leo, porque me da la sensación de que era un poco flipadillo, aunque en el fondo ya tenía claro como quería ser. Aquí os lo dejo, espero que os guste.
Magia
Cuando somos pequeños, reímos, jugamos, y regalamos la mejor de nuestras sonrisas a casi cualquiera que se pone por delante. Luego, crecemos, y llegamos a ser serios y bordes. Yo tengo una teoría que explica este cambio: la Magia. Cuando somos niños creemos ciegamente en ella, los reyes magos, el ratoncito ese que viene a por nuestros dientes.. Pero cuando nos vamos haciendo mayores dejamos de creer en ella, pensamos que no existe, y nos equivocamos. Porque creer en la Magia no es solo pensar que tres tíos van a cruzar medio mundo en camello para dejarte una bici o una muñeca en tu casa, la Magia es también eso que se siente la milésima de segundo antes de un primer beso, o cuando abrazas a alguien que lo está pasando mal. Porque también en esos momentos, cuando vamos volando y caemos al suelo, la Magia está ahí. Cuando parece que no vamos a poder retomar el vuelo, entonces ocurre, y por arte de Magia, aparece alguien que nos ayuda a levantar, y nos hace volar más alto que nunca. Por eso yo he decidido sonreír siempre, y no dejar de ser un niño nunca.. Porque yo, creo en la Magia.