domingo, 13 de noviembre de 2011

Profe, no lo entiendo

Buenas! Cómo va todo? Me apetecía escribir la verdad. La semana pasada acabé los parciales de la uni, he empezado las prácticas con el coche, ganó el Getafe al Atleti.. vamos que se puede decir que estoy más feliz que un regaliz (como siempre digo, rima demasiado fácil si atendemos a la total falta de sentimientos por parte de los regalices). Y eso, sin exámenes a la vista esta última semana ha sido bastante sabática. Yo os recomiendo que si vuestras agendas (más apretadas que Falete con pantalón pitillo) os lo permiten, os toméis una semana un poco más relajada de lo normal, sienta de puta madre.

Y eso, en esta semana paréntesis he tenido tiempo para pensar, especialmente después de ver el esperado barra ansiado DEBATE. La gente ha dicho mil cosas de él, yo tengo claro que uno posiblemente sirva de poco, pero el otro no sirve para nada. Pero bueno, como este blog jamás estará interesado en política (no implica risa) solo podemos concluir con total seguridad que todo lo que dijo Rajoy era broma: no paraba de guiñar el ojo, acojonante. Debates aparte, esta semana me vino la idea de hablar de lo que espero hacer gran parte de mi vida: ser profe. Como ya os dije, tengo suerte porque he encontrado algo que se que siempre me hará feliz, y eso no es fácil. Yo lo tengo claro, pero mucha gente no entiende que haya acabado en Magisterio, así que para escépticos barra pesaos, esto os interesa.

Lo primero que mucha gente me dijo en contra de mi decisión de meterme en clases con niños hormonizados que están unos por otros y que se hacen tuenti para subir fotos en espejos, fue que yo valía para algo más. Primera gilipollez. Os juro que nunca entenderé que se valore una profesión por la nota que tiene en la universidad. Esa nota, a la hora de elegir lo que te gusta, es más inútil que Spiderman en un "descampao", no lo olvidéis. La segunda gran gilipollez que me han dicho por ahí es que el sueldo de profesor es una mierdecilla, y que metiéndome en alguna ingeniería o algo de eso podría llegar a ganar mucho más. Yo admiro, de verdad, a la gente que se puede pasar horas haciendo algo que no le gusta y luego tiene unos cuantos ceros en un papel, pero eso no va conmigo. La tercera, y para mí, mayor gilipollez que me han dicho es que me voy a cansar de estar todos los días rodeado de pequeñajos y pequeñajas que cada vez se hacen mayores antes. Los que me han dicho esto último, me conocen poco.

Yo me podré cansar de muchas cosas, pero de los niños no, son mi debilidad, y no tengo ni idea de por qué. Lo que si se es que los profes no nos hacemos, nacemos. A la gente le gustan los niños, normalmente, pero para un ratito. Luego cansan, son personas cargadas de energía (toman muchos actimeles) y si no tienes cuidado pueden acabar con tu paciencia. Pues a mi todo eso no me pasa, es más me pasa justo lo contrario: cuando he estado alguna vez de monitor me convierto en uno de ellos, un niño responsable, pero un niño. Y esto mucha gente no lo entiende, cómo le puede gustar a alguien estar con chavales que no se cansan nunca de jugar e investigar todo lo que les rodea? Yo me pregunto cómo no le puede gustar a alguien todo eso. Curioso.

A lo mejor estas preguntas no se pueden responder, o solo pueden entenderse viendo que a cada persona le gusta una cosa, sin aparente razón lógica. Hay gente a la que le gusta curar enfermos, a otros reparar coches, a otros construir edificios.. Pues a mí, y a todos los que estamos en esto por vocación, nos gusta saber que estamos construyendo personitas que en el futuro se encargarán de curar enfermos, reparar coches, construir edificios, o incluso construir nuevas personitas. Eso es lo grande de ser profesor, tienes en tus manos a una persona que necesita que la digan qué hacer, y si lo haces bien, podrá llegar a conseguir lo que quiera. Perdón por la "chulería" (entre comillas) pero eso no lo da ninguna otra profesión en el mundo.

Pero eso no es todo, trabajar con niños es recibir cariño sin límite establecido, es ver como te admiran por auténticas tonterías, y te agradecen cualquier cosa que hagas por ellos. Como he dicho, los profes nacemos profes. No nos gustan los niños por casualidad, nos gustan porque entendemos su idioma. Y es que los niños tienen un idioma propio, difícil de entender, pero mágico. Los niños viven sin pensar, sin preocuparse por lo que tendrán que hacer al día siguiente, y a lo mejor por eso son tan felices. Por todas estas cosas me enfado cuando me dicen que ser profesor es algo fácil, que tienes buenas vacaciones. Eso delante de mí no lo digáis, y si lo decís, salid corriendo ;D

Y bueno, lo dejo ya por hoy, espero que hayáis aprendido que los que decidimos dedicarnos a enseñar, no lo hacemos por las vacaciones, sino porque en un "profe, no lo entiendo" vemos una oportunidad perfecta para hacer a alguien crecer, mientras otros solo ven un "niño pesao". A estos últimos no les culpo, ni mucho menos, no todo el mundo es capaz de entender el idioma de los niños.. ;)

 
Pasadlo bien!