Hace
unos días le preguntaba a una de mis compañeras por el significado de esa
"h" que se había colado en la palabra norte. Me contó que era una h
de "historia". Rápidamente, me pregunté de qué historia hablaba
exactamente. De la del campamento? de la de los que lo habían fundado? No
conseguía hallar la respuesta más lógica, hasta que di con ella cuando volvía
en el bus a Madrid. Al ver a chicos y chicas de todas las edades llorar sin
consuelo al saber que los kilómetros empezaban ya a separarles, lo supe: Aquella
h no hablaba de una sola historia. Hablaba de miles de ellas.
Explico un poco de qué va esto por si alguien se ha perdido. Este
año he sido por primera vez monitor (no pantalla de ordenador) en un campamento
de verano. Siempre había sido uno de mis sueños, junto con el de comer sandía y
gazpacho en pleno invierno. Y el sueño se hizo realidad en Asturias, en un
campamento llamado "Nhorte". Y diréis, y a nosotros qué narices nos
importa lo que haces tú en verano? Tú di cosas graciosas y calla. Lo sé, no
creo que os interese, pero lo siento. Me veo obligado a contar algo que me hace
más feliz que a Rajoy una tijera. (Sssi sssi ssi).
El campamento tiene los elementos que tiene cualquier otro:
monitores, acampados, tiendas de campaña, sacos de dormir, piscina. Se hacen
excursiones, y se va a la playa. Sin embargo, no conozco un sitio igual. Y yo
entiendo de campamentos. En la despedida el penúltimo día, otro de mis
compañeros me dijo que aquel sitio tenía algo que jamás encontraría en otra
parte del mundo. Yo y mi mente curiosa nos preguntamos enseguida por el
contenido secreto de una fórmula tan perfecta. La respuesta no ha
calmado aún nuestra curiosidad.
El Nhorte no es solo un campamento. Es un sitio al que llegas
solo, y te vas sintiendo que ya no tienes una única familia. Es un lugar en el
que solo existen los amigos de verdad. Un lugar que te desnuda sin quererlo, y
en el que todos te pueden ver tal cómo eres (NOTA INFORMATIVA: no hablo de un
campamento nudista, ojo. Es sentido figurado joe) El Nhorte hace que quieras
ser un chispa, que las cometas vuelen alto, que las hormonas se alboroten bajo
el nombre de zulú, y que la palabra eco signifique de repente madurez. Es un
sitio donde las verdades duelen, pero se asimilan. Un sitio donde los sueños no
solo existen por la noche. Un lugar con guitarras improvisando bandas sonoras, un sitio visceral. Una fábrica ilimitada de recuerdos.
Este año fue especial para mi. Por primera vez, era yo el que
mandaba vestirse o lavarse los dientes. Rodeado de magníficas personas, tenía
la misión de hacer reír y cuidar al mayor número de niños posible. Pensándolo
bien, probablemente no haya existido una misión más ilusionante jamás. Y cuando
terminó, e hice balance, me sentí grande. Se que puede sonar pretencioso, pero
es así. Sentí que durante 10 días había estado haciendo algo que me llena de
verdad.
Y en cuanto al ingrediente secreto de la fórmula, aún no lo he
conseguido descubrir. Solo conozco sus efectos secundarios. Lo que quiera que
sea dicho elemento, provoca que los niños que acuden al campa Nhorte muestren
unas ganas desorbitadas por aprender y crecer, mientras que los monitores
muestren claros síntomas de no querer crecer más, y volver a ser niños. No sé
si algún día descifraré la formula, ni siquiera se si es necesario que lo haga.
Quizá tenga algo que ver esa hache intercalada..
Gracias nhorteños, por todo.
No hay palabras para describirlo! Hay que Vivirlo para entenderlo ;)
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